- La actualización del Catastro Vegetacional dado a conocer por CONAF destaca además, en el uso de la tierra, las praderas y matorrales con sobre las 440 mil hectáreas.
Una actualización del catastro de los recursos vegetacionales y de uso de la tierra correspondiente a la Región Metropolitana presentó la Corporación Nacional Forestal (CONAF), tras un trabajo en terreno que arrojó como resultado la presencia de 393.355,3 hectáreas de ecosistemas boscosos, lo que representa el 25,6% de la superficie total regional.
Este monitoreo realizado por los profesionales de la Gerencia de Evaluación y Fiscalización de los Ecosistemas de CONAF, comparando los cambios de uso entre los años 2013 y 2019, permitió identificar con mayor nivel de detalle cartográfico la superficie vegetacional de la Región Metropolitana, al emplearse unidades cartográficas de 4 hectáreas para los usos de la tierra en general y de 0,5 ha para diferenciar el bosque nativo de otros.
Para el director ejecutivo (s) de CONAF, Fabián Luengo, “esta actualización del catastro entrega una importante información tanto para el Estado chileno, porque permite la elaboración de políticas públicas con mayor precisión, como para la comunidad, ya que así las personas pueden planificar sus actividades teniendo a mano un mapeo vegetacional exacto del territorio”. Durante la presentación, el directivo estuvo acompañado por el director regional de CONAF Metropolitana, Rodrigo Illesca, y por la gerenta de Evaluación y Fiscalización de Ecosistemas de CONAF, Elke Huss.
Conforme a los resultados, de las 393.355,3 ha de superficie forestal, 383.557,7 ha corresponden a bosque nativo, 9.287,9 ha a plantación forestal y 509,6 ha a bosque mixto.
Además, en esta actualización se rescataron áreas de matorral arborescente, con presencia de especies arbóreas, como bosque nativo, ubicadas especialmente en quebradas, que en el anterior monitoreo del año 2013 no fue posible establecer.
Esto se tradujo en que el mayor uso de la tierra pertenece a praderas y matorrales con 441.558,3 ha, seguido por bosque nativo con 383.557,7 ha, destacando en esta última formación los bosques de renovales con 306.339,1 ha. Mientras que otros usos importantes en superficie son los terrenos agrícolas con 230.872,8 ha y las áreas sin vegetación con 228.192,7 ha (correspondientes a afloramientos rocosos, cajas de ríos y otros sin vegetación).
Ahora, en relación a los tipos forestales presentes en la Región Metropolitana, éstos son cuatro: el mayoritario corresponde al Tipo Forestal Esclerófilo con 373.439,4 ha, principalmente bosques de peumo, quillay y litre con 262.885,4 ha y los de espino con 80.425,4 ha.
Le sigue el Tipo Forestal Roble-Hualo con 8.026,5 ha, concentrado en los extremos de la región (al norte en los límites del Cerro La Campana, Cuesta La Dormida, Altos de Chicauma y en la comuna de Alhué por la parte sur de la región).
Luego, en términos de cantidad de superficie, está el Tipo Forestal Palma Chilena con 1.908,9 ha (en el límite norte y en la comuna de Alhué por el sector sur de la región), mejorándose así la información sobre su distribución regional.
Finalmente, el Tipo Forestal Ciprés de la Cordillera registra 182,9 ha (comunas del Cajón del Maipo y Pirque, incorporándose además nuevas locaciones en el Parque Nacional Río Clarillo, las que no habían sido monitoreadas anteriormente).
La Seremi del Medio Ambiente RM, Sonia Reyes, junto con valorar el trabajo realizado por CONAF, señaló que «es una importante herramienta de política pública porque nos muestra como se distribuyen las formaciones vegetacionales boscosas, con especial atención en el bosque nativo, las especies protegidas de nuestra región«.
Este trabajo de monitoreo, que se caracterizó por su mayor especificación, determinó también la identificación de 306 especies entre arbóreas, arbustivas, hierbas y cactáceas, de las cuales 98 fueron especies adicionales no detectadas en el monitoreo del año 2013.
Por último, durante el análisis de la superficie de bosque nativo, se detectó una disminución entre los años 2013 y 2019 de 3.761,4 ha, siendo las principales causas de esta pérdida la habilitación para uso agrícola, ganadero o praderas (1.786,2 ha) y el crecimiento de infraestructura urbanas e industriales, lo que incluye obras civiles, parcelaciones, minería (1.595,4 ha). Adicionalmente, se registró la afectación del bosque nativo por incendios forestales con una superficie de 4.738,9 ha.